El local es pequeño, de techos elevados, pero que aprovecha la terraza cuando hace buen tiempo. La carta es amplia, comenzando por ensaladas y mariscos, y presentando además elaboraciones para compartir, así como algún pescado y varias carnes. En nuestra visita tomamos un ajoblancon con tartar de tomate, vamos, con tomate cortadito en cubitos. También el carpaccio de ternera, clásico con parmesano, aunque con una minibola de helado de albahaca, unos sepionets (o choquitos) con habitas y un tataki de atun. El ajoblanco bueno, con el tomate bien cortado y aliñado. El carpaccio muy clásico, sin ningún toque especial. Los sepionets muy blanditos y sabrosos, y el tataki correcto, eso sí, sin tener un acompañamiento claro, ya que venía con unos puntitos de romescu y otros de wasaby, salsa de soja y también un coulis de frutos rojos -frambuesa-, no tengo muy claro el porqué de esa combinación.
No tomamos postre, si un cafe, tres cañas, una copa de vino y agua. Lo que me parece excesivo es el precio, ya que 76 € creo que es demasiado, sobre todo teniendo en cuenta el tamaño de las raciones, mas bien pequeñas.
Y 2€ por un café solo regularcillo ya me parece excesivo!
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