domingo, 20 de septiembre de 2009

Restaurante el Mercadito

Entre la oferta gastronómica de Santiago encontramos El Mercadito, de Gonzalo Rey, en la calle Galeras 18 (reservas al tfno 981574239) Es esta mi tercera visita al restaurante, aunque de las anteriores ya había pasado más de un año. A la entrada encontramos una sala con sofás pero sin barra ni servicio, con lo que se hace un poco raro estar allí sentado esperando por el resto de comensales. Ya en sala tenemos un comedor acogedor con velas en las mesas y luces indirectas, y vista directa a la cocina.
Este sábado hemos disfrutado del menú degustación, que estaba compuesto por:
- como entrante zamburiñas a la plancha con crema de boletus. Bien realizada la crema, y una combinación de sabores acertada.
- como primeros platos nos pusieron un tomate relleno de brandada de bacalao. Para mi gusto excesivamente suave la brandada, pero supongo que será porque el bacalao es un plato que no suele dejar indiferente a la gente, y de este modo se evitan problemas con un sabor demasiado acentuado.
- otro de los primeros fue una navaja sobre crema de foie y espuma de limón. A priori parece un plato donde los sabores se van a matar, pero para mi resultó interesante el contraste de la acidez de la espuma, la intensidad del foie y el sabor tan especial que tienen las navajas, que en este caso estaba cocinada en su punto. Un buen plato.
- entre los primeros y los segundos nos pusieron un huevo con crema de patata y pisto. Me resultó indiferente. No destaca por su punto de cocción (a mi me gustaría un poco menos hecho) ni por la combinación de sabores, más viniendo tras el fantástico plato de navaja.

De segundos platos sirvieron una merluza de Celeiro con mahonesa de albariño y allada. La merluza en su punto de sal y cocción, pero la allada y las aceitunas negras que tenía debajo la merluza no dejaban apreciar la mahonesa de albariño, por lo que se la podían haber ahorrado. Además, para mi gusto las aceitunas no encajan en el plato, simplemente no las entiendo ahí.
El otro segundo fue una ternera estofada al vino tinto, muy buena, casi tanto como una carrillera de ternera estofada que habíamos tomado en nuestra anterior visita.
En cuanto a los postres una crema de arroz con leche con toffe muy bien elaborada, y un milhojas con crema de vainilla de Tahití.
El servicio algo lento en los tiempos, como la espera por una segunda botella de vino, pero correcto por lo demás. El único pero que le puedo poner a la comida es la espera de más de 10 minutos entre el huevo y el pescado, más teniendo en cuenta que en esos momentos en el restaurante sólo estábamos nosotros (mesa de 7 personas) y una mesa de 2.
El servicio del vino correcto, a buena temperatura y en copa adecuada, ofreciendo decantarlo.
El precio del menú es de 45€ por persona, que con bebidas y café se fue a 55€.

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