martes, 18 de noviembre de 2008

Segunda visita a Cocinandos

Mi segunda visita a Cocinandos cocincidió con temporada de setas, y disfrutamos de un menú de setas con buenas combinaciones, y alguna que otra mejorable. De entrante un cuajo de boletus con mouse de bacalao y reducción de vino. Muy buen comienzo, el cuajo estab delicioso y la combinación con el bacalao me pareció memorable. De primer plato crema de níscalos con vieira a la plancha y espuma de maracuyá. Combinación atrevida pero que para mi gusto funcionaba. La espuma de maracuyá le daba un frescor que contrastaba con la crema. Buen plato. De segundo plato huevo escalfado, tallarines, espuma de mascarpone y trufa.

En el plato de uno de los comensales la clara del huevo venía sin cuajar, lo que me parece un fallo grande. Para mi gusto este plato desentonaba un poco con los dos primeros. Después merluza al vapor con patata confitada y cecina, infusión de cecina y trompetillas de la muerte. Bien el punto de cocción de la merluza, pero el sabor de la cecina no dejaba apreciar la merluza ni las trompetillas. No me pareció buena combinación.
De último plato foie a la plancha con rebozuelos, verduritas salteadas y salsa de mostaza. Para los amantes del foie una buena combinación. La salsa de mostaza ligera para no matar los sabores.
De postre una mouse de castañas con helado de manzana, pero con una presentación como un campo otoñal, con forma de setas, hierba y hojas. Bonito y sabroso.
Bien el café, buena carta de infusiones y licores.
Como vino Viña al lado de la casa, 18€.
Precio medio por persona de 32€ por menú, más bodega.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Cena en Casa Marcelo

Es mi primera visita a Casa Marcelo desde la remodelación que sufrió el local, y la primera impresión que me dejó al entrar es que el decorador/a había realizado un buen trabajo. Se ha mejorado la distribución con el cambio en la cocina, y la combinación de piedra y pared pintada en gris da resultado, convirtiendo el local en un lugar agradable y relajado.


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Cuando uno va a Marcelo debe saber a lo que va, y tener un paladar que le permita saborear cualquiera de las elaboraciones con las que nos puede sorprender. El menú es de degustación, que en nuestro caso constó de 7 platos (las cantidades no son desorbitadas, pero uno llega al final repleto) y dos postres. Ya he comentado que me parece muy cómodo para un restaurador el saber de antemano cuántos comensales vas a tener en cada momento, y decidir por tu cuenta qué les vas a servir. Evidentemente lo aceptas porque sabes que alguna de las elaboraciones te va a sorprender, y el nivel de los platos va a ser elevado. De todos modos eché de menos que no nos preguntasen si éramos alérgicos a algo, o si había algún alimento que no nos gustaba, y tampoco me gustó que no nos diesen el menú al sentarnos, con lo que uno pide el vino (o los vinos) a ciegas.

Vamos ahora con el menú:

De primero un caldo caliente de centollo, que estaba sabroso, pero para el gusto de los cuatro que fuimos a cenar resultaba demasiado especiado, y el centollo pecaba de exceso de sal.

De segundo un paté de anchoas (con aguacate y crema de queso) servido con un pan de romero. Para los que somos aficionados a las anchoas y al aguacate resultó una mezcla deliciosa, y el pan de romero un detalle interesante.

El tercer plato fue el boletus guisado con su salsa y una finísima loncha de panceta. Realmente delicioso. El hongo resultaba jugoso y mantenía su consistencia, y la salsa sabrosa sin resultar nada pesada, conservando los aromas del boletus perfectamente definidos. Un gran plato.

Después trajeron una sopa de castañas asadas, que te lleva inmediatamente a los castañeros que podemos encontrar na Porta Faxeira. Un plato con los sabores otoñales muy logrados, pero que sin embargo no me encajaba en esta posición en el menú, aunque no me importó lo más mínimo porque estaba delicioso.

El quinto plato fue el chipirón y su tinta. Los chipirones estaban cortados como tagliatelle, y aún ahora le sigo dando vueltas a cómo consiguen convertir un chipirón en algo tan fino. La tinta lo acompañaba perfectamente, así como el detalle de las semillas de sésamo.

El sexto plato fue el pescado más habitual en Marcelo, la merluza de Celeiro. Siempre me toca la merluza, que para mi gusto estaba en su punto. En este caso servida con salsa de pimientos verdes.

El séptimo fue la ternera con yuca frita. Como nunca había probado la yuca debo decir que me sorprendió, aunque a estas alturas ya estaba más interesado en un postre digestivo, por la amplitud de la comida. la carne en su punto, blanda y jugosa.

De postre vino el maracuyá con crema de aguacate y lima (curiosas las bolas de lima) Lo más parecido a un sorbete, y con sabores que combinaban perfectamente. Un gran acierto.

Y cuando ya no nos esperábamos nada más trajeron una milhoja con crema, que cortaron en la mesa en cuatro. La masa estaba hecha con harina de centeno, y la crema bien ligada. Un buen plato, pero que es el otro que no me encaja en la comida. El colofón debía haber sido el postre de lima y maracuyá.


El servicio atento sin hacerse pesado, sirviendo todos los platos a la vez (sólo faltaría en un restaurante como este y donde sólo puedes tomar su menú de degustación) que llegaron en su punto a la mesa. El pan elaborado en el propio restaurante, del modo tradicional, que nos recuerda al pan de horno de leña. El café sin alardes, él mío llegó frío a la mesa, y para mi gusto con exceso de torrefacto. Lo acompañan con una trufa de chocolate.

Sobre el vino: pedimos Marqués de Griñón Cabernet del 2002 (apenas tenían cabernet en la carta, y esta es una buena opción) a 25€ la botella, que en bodega lo puedes tener por 18€ aprox, por lo que no es donde ganan dinero en el vino.


El precio del menú es de 60€, con bodega aparte.

domingo, 19 de octubre de 2008

De visita en Betanzos

Este 18 de octubre fuimos de visita a Betanzos, y a hacer un pequeño recorrido entre Betanzos y A Coruña por la costa. Betanzos es un pueblo con una zona antigua que es patrimonio histórico, y por la que merece la pena darse un paseo y pararse a tomar una cerveza en una de las muchas terrazas que podemos encontrar caminando por las plazas de la zona antigua.
Para comer nos decidimos por un pequeño restaurante recomendado por la guía Gourmetour, que se encuentra al lado de la plaza principal del pueblo. Se llama mesón Pulpeira (nombre peculiar)

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Es una pequeña casa con bar en la entrada y un pequeño comedor al que se accede por unas escaleras de caracol (difícil paso con nuestra silla de Antía), y unas 8 mesas. La lista de precios está a la vista en la entrada del restaurante, pero el camarero nos dice cada día qué productos hay. Aparte de los mariscos del momento encontramos unas luras muy apetecibles (chipirones fritos) pulpo con patatas y cebolla o empanada. El pulpo bien de relación calidad-precio, y en su punto. Las patatas que lo acompañan no son cachelos, pero están realmente deliciosas. De segundo algunas carnes a la plancha (las chuletitas de cordero parece que tenían bastante salida) pero nos decidimos por un mero, que pueden preparar a la plancha o gallega. Bien de producto y bien de punto de punto de cocción, aunque el mero a la gallega venía demasiado bañado en aceite (vamos, nadando en él)
Los postres muy clásicos, y el café no lo puedes tomar en la mesa, pues hay que dejarla libre para los siguiente comensales, que se agolpan en el bar de entrada y a las puertas del local una vez pasan de las dos y media de la tarde.
En cuanto al precio no nos sorprenderá por barato, pero tampoco es especialmente caro, teniendo en cuenta que el producto es bueno, y eso ahora hay que pagarlo, sobre todo en los pescados en plaza o lonja. 10€ por la ración de pulpo o luras, y 20€ por la de mero. Pan delicioso y bebidas a precios comedidos.

lunes, 7 de julio de 2008

Seguimos de tapas: Santiago (é)tapas II

Seguiré comentando alguno de los locales que vamos recorriendo en este concurso de tapas. Hoy hemos podido completar la tercera etapa, pero me temo que no nos dará tiempo de terminar las cinco de aquí al domingo, así que nos quedaremos sin la tele. ¡Qué le vamos a hacer!
Un local que me ha sorprendido es el Acio, en Galeras. Varias veces había pasado por delante, pero con el aspecto externo de mesón no me atraía lo más mínimo. Una vez dentro me sorprendió mucho una de las tapas, la sardiña de San Xoán. También estaban bien las croquetas, pero por la sardiña merece la visita.


Si seguimos caminando por la rúa Galeras y vamos hacia el campus universitario llegamos al Bar Caamaño, en O Cruceiro do Galo. Tapas clásicas en un bar de menú obrero, pero nos llamaron la atención los callos, ¡y el tamaño de las raciones! Durante el resto del curso tienen los callos los jueves, así que habrá que caer por allí.


En la rúa de San Clemente tenemos el Angel. Sin duda conocereis el San Clemente por sus famosas tapas, pues el Ángel en el día a día le va ligeramente a la zaga, pero en el concurso ha presentado dos que me han gustado: por un lado el surtido de empanadas, que bordan con una masa bastante fina y una zaragallada sabrosa, y por otro con el arroz de zamburiñas que finalizan al momento (hay que esperar un poco) El punto del arroz algo entero, que no es caldoso, pero muy rico.


Ahora algunos locales que no conocía y que me han sorprendido. Vayamos por partes:

- A Tafona do peregrino. Precioso local en lo que era antes el Tamboura (qué tiempos) Tapas elaboradas, muy buena presentación... pero ligeramente erradas en la ejecución. El pimiento de piquillo sobre caramelo tiene un problema, demasiado caramelo. Estoy convencido que mi valoración hubiera sido mejor si lo presentasen de otra manera. El mininiño de zorza flojo, con la carne correosa, pero muy vistoso. El congrio escabechado decente, pero sin alardes. El congrio es un pescado un poco atrevido y algo insípido para esa tapa.

- Bicoca, al lado da Porta do Camiño (al principio de la calle del tarasca) No pudimos tomar la tapa de pulpo (perfecto de pulpo) porque se les había quemado el caramelo y aún no estaba hecho uno nuevo cuando llegamos. la tapa de crema de ourizos pasable, bien presentada en un huevo. Me sorprendión la uña prensada con castaña y langostino. Sencillo pero bien combinado y buena mezcla de texturas.


- Garum, en la Praza da Peñas (al lado de la bodeguilla de San Roque) Me sorprendió gratamente su guiso de orella con zamburiñas, y también las lascas de pataca con salsa de mostaza e mel. Combinación interesante la primera, con una salsa bien ligada y mucho sabor. El segundo me pareció algo interesante para aprovechamiento de restos ;-) pero una salsa muy interesante para acompañamiento. Tanto el garum como el Bicoca son restaurantes con menú del día a los que ahora me apetece ir a comer. Esperemos que dentro de unos meses los podamos añadir a los comentados en el blog.

Y ahora vamos con alguno de los que no me ha gustado nada:

- Agarimo. Me sorprende que decidan participar cuando no están dispuestos a presentar una tapa interesante y bien elaborada. Es una pena en un local con buena tapa gratuita (al que seguiremos yendo por ese motivo) La tapa Agarimo aceitosa, las gulas con alioli una pena de tapa, y la tapa de salmón sin ningún tipo de interés. En fin, que ha resultado decepcionante.

- Descorche. En frente al parlamento. Una tapa en un local con pretensiones de cocina creativa (o eso parece) El nombre de la tapa es zamburiñas con foie. El foie lo encontré, aunque tuve que sacar la lupa para verlo bien, pero la segunda zamburiña se la debió comer el gato, porque en ninguna de las tres tapas que pedimos venía. 2,5€ me parece excesivo por ese engaño. en mi han perdido un cliente para comer, y eso que tiene una carta de vinos interesante y una carta que parece muestra buenos mimbres.

martes, 1 de julio de 2008

Santiago (é) tapas

Como novedad en Santiago este año tenemos un concurso de tapas, desde el 28 de junio y hasta el 13 de julio. Podemos encontrar toda la información en http://www.santiagoetapas.com/

Una cincuentena de locales se han sumado a esta iniciativa, que resulta totalmente novedosa en Santiago, ya que todos los picheleiros esperamos que nos pongan la tapa gratis con la consumición, y en este caso debemos pagar entre 0,5€ y 3€.

Tras un par de días de recorrido y más de una decena de bares visitados hay algunos que me han sorprendido:
- El patio, rúa do Franco. Presenta tres tapas a concurso, pero la crema de remolacha y espárrago verde es mi favorita. Muy cuidada presentación, combinación atrevida y buenas texturas y sabores.


- Casa Rosalía, rúa do Franco. Presenta dos tapas, y una de ellas me ha sorprendido: pan de grelos con bacalhau de escabeche.


- En el Caracoles (sí, el mítico donde hace años tomábamos los triskis y las croquetas grasientas) el revuelto de caracoles sobre tulipa de filloa.


- En el Reno me han gustado mucho dos de las tapas que presentan. Por un lado me parece interesante la tapa que llaman Tesoros del Orbe. mejillón, bechamel y pasta kataifi, con puré de castañas, y por otro lado el chipizam: chipiron relleno de zamburiñas sobre patata cocida a baja temperatura. Aquí tenemos la foto de esta última.


- Las tapas del hotel Tránsito de los gramáticos son interesantes, pero a mi me ha gustado más el "bacalhau en faragullas con pisto", aunque la tapa vegetarian que presentan, "milfollas de cabaciña con crema de cabrales" no está nada mal. Aquí tenemos foto de la primera.


- Otro local interesante es O celme do caracol. Hace ya tiempo que deseo ir a comer allí, pero hay que subir escaleras, y con el carrito de mi enana es un poco difícil. Este domingo nos conformamos con probar las tapas. La que más me gustó fue "Milfollas de polbo", aunque resulta un tanto difícil de comer. El matrimonio dulce resulta interesante por la crema de pimiento verde.


Entre los que me han decepcionado destaco el Lizarrán. ya sabemos que es una franquicia, y que allí las cosas funcionan de manera peculiar, pero ellos que llevan tiempo cobrando por las tapas en Santiago deberían destacar un poco en la elaboración de las mismas. La impresión que me da es que se ven casi moralmente obligados a participar, pero el concurso se lo toman a cachondeo.

Del resto de los catados hasta hoy ni fu ni fa, así que habrá que esperar unos días por más comentarios. Tengo ganas de ver con qué nos deleitan en La Viña de Xabi, que es uno de mis favoritos en Santiago, y de probar algún otro que parece tener tapas sugerentes.

miércoles, 21 de mayo de 2008

El pirata: San Vicente do Mar

Un domingo haciendo el paseo de San Vicente do Mar es un auténtico placer, sobre todo cuando estamos fuera de temporada. Es una de las zonas de la Galicia costera que más me impresionan, y siempre que vuelvo me da la impresión de que este es un trozo de paraiso. El mapa lo tenéis aquí:

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Bien, y vamos con la comida. En el propio paseo de madera que recorre las calas de la zona encontramos dos restaurantes, con unas maravillosas vistas del mar y divisando la playa de La Lanzada desde sus terrazas. Aquí encontramos O Chopo y El Pirata. En este último comimos el 18 de mayo. Es un local bastante grande, con zona de no fumadores, terraza descubierta donde sentarse a tomar una cervez, y terraza cubierta donde se puede comer. El local está decorado con útiles que recuerdan a los viejos galeones, y algún que otro detalle curioso. No dejéis de ver el "pulpo gigante"
Vamos con la comida. Éramos seis, y de primero nos decidimos por unas croquetas de marisco, que no estaban mal, y un salpicón de pulpo y langostinos, que era realmente de gambas y estaba un poco forzado de vinagre.
De segundo nos decantamos por el arroz pirata, que hacen como paella. Sabores intensos y buen punto para el arroz. no os lo esperéis caldoso, aunque para paella le falta el socarrat. Habas frescas, gambas, pulpo y pescados que dejan un arroz sabroso y raciones muy abundantes. un acierto.
También tomamos la picanha de carne. Para los adictos a esta proteína es un acierto. la sirven en una plancha de hierro fundido, y así si alguien quiere la puede pasar más (no es mi caso, que para mi vuelta y vuelta ya es mucho) Interesante también la brocheta de rape y langostinos (eran gambas y no venían peladas, grave fallo) que finalizan en la mesa con un flambeado al vodka.

De postre decantaos por las filloas, tres por ración, que resultan deliciosas, aunque en épocas de calor puede resultar algo pesado.

En fin, una buena elección por 25-30€ por persona

miércoles, 16 de abril de 2008

De celebración en Ana (Santiago)

Era 12 de abril, y como es un día especial, la tía Chus se quedó a mediodía con Antía y nos acercamos al Ana a comer, que nos queda a 100m de casa.
Los que no lo conocéis -es uno de nuestros favoritos, aunque adolece de novedades en la carta- debéis saber que está en la zona de Sar, en el cruce entre Castrón Douro y rúa do Olvido.
Es una preciosa casa con un patio de piedra muy recomendable en las noches de verano, y con varios comedores con decoración minimalista, jugando con la piedra de las paredes.

Este sábado decidimos pedir de entrantes el variado que ofrecen en la carta, en vez de alguno de los clásicos como el salteado de verduras con langostinos. El variado nos decepcionó. Gambas envueltas en pasta brick, croquetas de setas y de marisco, envueltos de queso y tostas de bacalao y zanahoria. El que más me ha decepcionado ha sido este último, que antes servían sobre patata en rejilla frita, y ahora en un pan tostado demasiado duro. Entiendo que es más cómodo para la cocina, pero ha mi me ha defraudado.

En cuanto a los segundos, no decantamos por la ya clásica y no por ello menos deliciosa brocheta de salmón y vieiras sobre arroz cremoso de mariscos. La brocheta en su punto de cocción, y el arroz con muchísimo sabor, como siempre. Es un acierto de la carta. También tomamos el bacalao con crema de calabaza. Estupendo de textura y sabor, y la crema combinaba perfectamente.

De vino nos decantamos por el Coma Vella (creo que 28€ la botella) es un delicioso priorat y era la segunda ocasión que lo probaba, y trajo a mi mente el recuerdo de la primera (allá por Vielha) El vino es impresionante. Os animo a probarlo, realmente merece la pena. Creo recordar que es mezcla de garnacha, cabernet, cariñena y syrah. Estupendamente ensamblado, con largo paso de boca, aroma de frutos maduros y chocolate. Se me hace la boca agua.

Sólo yo tomé postre, decantándome por la crema de mascarpone con mermelada de mango. es uno de los buenísimos postres de la carta (creo que el único de la carta que no es para mi es el de los canutillos de manzana) Normalmente el postre lo acompañan con un moscatel blanco, pero en nuestro caso no nos lo sirvieron, pero no lo reclamamos para acabar la botella de vino.

En resumen, un restaurante precioso, una carta de vinos que merece una mención, una carta equilibrada, pero que no evoluciona, sin innovaciones, y unos postres deliciosos. El servicio, sólo mujeres, muy desigual de unos días a otros, necesita prestar más atención y no cometer ciertos errores.

Su teléfono: 981570792

Comentarios en Verema.com

domingo, 13 de abril de 2008

En casa Rosalía (Brión)


Bonito hotel-restaurante en el concello de Brión. Tiene aparcamiento y varios comedores alrededor de un patio en un precioso edificio de piedra. Por la semana cuenta con un menú del día interesante.
Esta vez éramos cinco personas, y tomamos pastel de cabracho y croquetas como primeros. Tienen también un rico pastel de grelos, pero esta vez nos decidimos por cambiar.
Las croquetas estaban realmente ricas, con muchísimo sabor, y el pastel de cabracho bien, aunque sin alardes.

En los segundos nos decidimos por la variedad:
-pulpo a la plancha con patata cocida, que resultaba demasiado duro, algunas tajadas casi incomestibles.
- guiso de fabas con pulpo. Este tenía mucho sabor, y los trozos de pulpo bien de cocción. Un acierto.
- pulpo con almejas, que adolecía del mismo defecto que el pulpo a la plancha.
- xarrete de ternera. Bien, uno de los platos clásicos con elaboración correcta.

Había jornadas gastronómicas sobre pulpo, pero comprobamos que el resultado de unos platos y otros muy desigual.

En fin, un resultado desigual en la comida, que me decepcionó respecto a la de otras ocasiones.

La Tasca de La Marina (Vilagarcía)

Bonito local en el puerto de Vilagarcía, en un edificio de servicios para el puerto, construido directamente sobre el agua. El restaurante ocupa todo el primer piso, con una decoración marcada por los techos altísimos, la luz y los revestimientos de madera de paredes y techos (parte de la propia construcción) Cuenta con varias terrazas, una de ellas acristalada.

Éramos seis, y nos sentaron en una mesa redonda en una esquina recogida del loca. Como primeros escogimos el salteado de setas y langostinos. Era de langostinos porque tenía 2, y el punto de cocción de las setas era desigual, unas poco hechas y otras muy hechas. también tomamos las croquetas, que no tenían nada de especial.

De platos tomamos el arroz con zamburiñas y rape, la merluza a la gallega y el bacalao con grelos. En la carta presentan muchos segundos platos, tanto carnes como pescados, y unos ocho diferentes tipos de arroz. En otras ocasiones había probado el bacalao y algún plato de carne, sin grandes alardes pero que tampoco estaban mal trabajados, sin embargo el arroz me resultó insípido. Ni el caldo con el que estaba cocido el arroz era sabroso, ni estaba bien sazonado. Para mi, totalmente olvidable. Los platos de pescado tenían bastante buen aspecto. El bacalao estaba desalado de más, y me hubiera gustado con un poco menos de cocción, para que resultase más jugoso.

Respecto de los postres, ninguno de ellos tenía nada de especial. De hecho el que tomé yo era una tarta de una pastelería conocida de la zona, que está bien, pero no me parece que sea lo más adecuado en un restaurante de cierto nivel.

El vino fue el merlot de Viñas del Vero, que es uno de los vinos que no falla. Se echa de menos en la carta de vinos algo más de variedad, aunque los precios de los vinos son aceptables.

En resumen, un restaurante que entra por los ojos pero que me ha decepcionado en esta visita. teniendo en cuenta que la oferta en Vilagarcía y la zona está mejorando, creo que será un sitio donde tardaré en volver.

lunes, 17 de marzo de 2008

Restaurante Paco Rubio (La Bañeza)

El viernes 14 de marzo visitamos este restaurante de La Bañeza con Antía en su carrito y todo. El restaurante se encuentra en la calle Astorga, una de las que sale de la plaza central de la ciudad, y aparece recomendado en la guía michelin y en la gourmetour.
Presenta un comedor pequeño y acogedor, con una decoración sencilla y delicada. No tiene bar de entrada.
Nos pusieron de aperitivo una crema de carabineros, que estaba realmente deliciosa. El sabor era muy intenso, y venía bien presentada en una copa de cristal, con un aceite de hierbas por encima.
Entre los primeros había varias sugerencias interesantes, como las almejas con alcachofas y la terrina de salmón con mantequilla de anchoas. Nos decidimos por este, que presentaron en dos platos individuales, acompañada por una ensalada de hierbas. El salmón marinado estaba bueno, aunque quizá el plato resultaba un poco salado de más.


















Presentan pocos segundos a escoger, y no nos queríamos decantar por el solomillo de buey ni nada parecido, así que escogimos el confit de pato, que venía acompañado por una suave compota de manzana, y un coulis de frutos rojos. El plato estaba bueno, bien compensados los sabores del pato y la compota, aunque el acompañamiento resulta escaso, teniendo en cuenta que el confit de por sí ya es poca cantidad de carne.







El otro segundo por el que nos decidimos fue el lomo de venado, que venía acompañado por castañas, alcachofa y patatas paja, y una salsa del propio asado que resultaba muy sabrosa. Las cantidades en este plato eran más abundantes, lo que lo hacía un segundo más completo. Para mi gusto el lomo éstaba pasado de más, pero es lo que hay.







En los postres llega la decepción, porque sólo aparecen tres en la carta, con lo que uno espera alguna sugerencia del día. En la carta hay una mousse de frambuesas, tiramisú y las yemas de La Bañeza. El tiramisú no lo pedimos porque desde el último viaje a Italia todos me resultan decepcionantes. Escogí la mousse de frambuesas, y me pareció realmente triste como postre para un restaurante de esta categoría, desentonaba totalmente con el resto de los platos. La textura de la mousse estaba bien, y el sabor bastante intenso con un punto ácido de la frambuesa, pero el que la hubiesen estropeado con nata de bote por encima y no presentase ningún aliciente en cuanto a contraste de texturas me pareció una pena.

No puedo hablar de la carta de vinos, ya que Isa estaba con medicación y a mi me tocaba conducir, por lo que pedí una copa de tinto, y me sirvieron un ribera que debía llevar demasiado tiempo abierto, siendo además el fondo de la botella, por lo que tenía posos.

En resumen, una comida desigual, sin una línea común, y con un descenso brusco en los postres, para un precio medio-alto (en torno a 12-18€ los primeros y sobre 20-22€ los segundos)
Vamos, que la próxima vez buscaremos uno de mejor relación calidad-precio

jueves, 6 de marzo de 2008

Primera comida con Antía fuera de casa



El día 5 de marzo Antía nos dejó por primera vez desde su nacimiento salir a comer, aunque con ella. Se portó muy bien durante la comida, y casi ni abrió los ojos, así que ya le podemos hacer un regalito.


Fuimos al restaurante Acebo de Vilagarcía, que se encuentra en la urbanización O Rial, cerca del desvío para la praia das sinas. El local es muy acogedor, decorado en madera y vidrios rojos y verdes, de aspecto muy moderno y con mucha luz. Dispone de zona de no fumadores, lo que agradecemos en un restaurante, y un aparcamiento en la misma puerta.



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En la carta nos encontramos con primeros apetitosos -a parte de los consabidos mariscos en esta zona- como los revueltos variados, y las ensaladas de perdiz escabechada y pechuga de pavo. Finalmente nos decidimos por la ensalada de cogollos con pechuga de pavo escabechada, aliñada con reducción de módena, que resultó ser una gran elección. El precio del primero de 6€ es barato para la calidad y la abundancia del plato. El otro primero que tomamos fueron las setas guisadas con piñones, que tenían el punto justo de picante para darle un toque especial. Tenía pleurotus, trompetas de la muerte y boletus, y era delicioso. Otra gran elección por sólo 6€.





En cuanto a los segundos de la carta, aparecen entre ellos el cordero lechal al horno, bien en su versión de cuarto de lechal (nuestra decisión, por 33€) pierna de cordero o chuletillas.












También nos podemos encontrar chuletón y solomillo de buey, y variedad de pescados del día.


El plato de cordero viene en cazuela de barro, con lo que mantiene bien la temperatura, y acompañado de una ensalada mixta básica. Para nuestro gusto el punto de cocción del cordero resultó desigual, y además las aprtes más gruesas del mismo estaban faltas de aderezo, apenas les había llegado la sal. De todos modos dimos buena cuenta de él, aunque hay restaurantes en Galicia que lo elaboran mejor, sin tener que ir a castilla para degustarlo.


En cuanto a la atención y servicio fueron realmente buenos, así como los tiempos de servicio y las esperas entre platos practicamente inexistentes, lo cual agradecimos sinceramente, porque no sabíamos si antía nos dejaría disfrutar de toda la comida.


En referencia a los postres, había flan casero, tarta de queso al horno, arroz con leche, leche frita, piña con salsa de aguacate y tiramisú. Nos decidimos por los dos últimos, la piña y el tiramisú. De la piña debo decir que la elaboración resultó muy simple, bien cortada en la presentación, la salsa de aguacate le aportaba un toque especial, pero resultaría mejor con más cantidad de aguacate, y me gustaría probarlo con la piña ligeramente horneada. El tiramisú no se presenta en un recipiente apropiado, por ser muy estrecho, lo que hace difícil el acceder a las diferentes capas al mismo tiempo con la cuchara. Además el sabor se reduce practicamente a la mezcla de nata y mascarpone, no le añaden yemas de huevo, y el bizcocho parece diluido en un café flojo con pocas gotas de licor, resultando demasiado amargo el bizcocho y muy dulce el mascarpone. Realmente no lo recomiendo.



En resumen, puede ser un buen restaurante a sumar a la oferta de la zona, en donde los primeros brillan a gran altura, y la elaboracón de las carnes es interesante para el precio.

La carta de vinos presenta interesantes referencias de rioja, ribera y albariño, jalonadas por detalles de otras denominaciones que pueden resultar interesantes, a precios contenidos.



domingo, 20 de enero de 2008

Maria Castaña

Ya es todo un clásico en Santiago, aunque no llegue a los años de funcionamiento de la mayor parte de los locales de la Raíña. Lo encontramos en la Rúa Raíña 19, paralela a la rúa do Franco. Tiene una barra y tres mesas a la entrada, y un comedor con 6 o 7 mesas más. Está organizado como bar de tapas, con mesas bajas y taburetes -no sea que los comensales permanezcan demasiado tiempo en el local- De las tapas y raciones con las que empezaron a mediados de los 90 (qué tiempos aquellos) a las raciones de ahora, se han ido produciendo grandes cambios. Ya no hacen la mítica tortilla María castaña, pero aún conservan las tablas de quesos variados, la zorza y otras raciones de rigor. Presentan también dos o tres postres que bien valen la pena, entre ellos los que están hechos a base de castañas, y en general la relación calidad precio está bien. El único problema suele ser encontrar mesa.
Pues bien, mi última visita -después de dos o tres intentonas fallidas los últimos meses- fue el jueves 17. Al no encontrar en la carta la tortilla de nuestros viejos tiempos sentí una gran decepción, pero algo había que hacer. Nos decantamos por los berberechos -de calidad y recién hechos-, las luras guisadas maría castaña, que aparecen en la foto. Es un plato de chipirones normalito, sin grandes alardes. La salsa de cebolla y pimientos, con sus toques de pimentón no está lo ligada que a mi me gustaría, aunque los chipirones están blandos y de sabor correcto. Pero puestos a comparar con otros locales... (hay uno al pasar Bueu que sólo hace luras guisadas, tortilla y ensaladas que merece la visita, algún día hablaremos de él)
También tomamos la carne de avestruz con salsa de piquillos. De los trozos de carne que nos pusieron uno estaba en su punto, y los otros excesivamente pasados. Se supone que una carne roja debe estar como mucho al punto, o por lo menos preguntar al cliente cómo se quiere. La salsa de piquillos bien de sabor, pero la textura resultaría más agradable si la hubiesen dejado más fina.
Y con esto para dos no llegamos a los postres. Así que por un total de 30€ con dos cervezas y dos aguas, y un pan por cierto muy rico, nos fuimos con la música a otra parte, que el viernes había que trabajar.

viernes, 18 de enero de 2008

En A Estrada: La Farola


Uno de los emblemáticos de A Estrada, situado en la plaza más céntrica de la villa.
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Hacía ya algunos años que no me pasaba por allí, pero con motivo de las clases por la tarde de Isabbel nos quedamos a comer allí un par de días. El local tiene un aire "rancio" por lo antiguo, pero no se puede poner ninguna pega a la limpieza. Dispone a de comedor de no fumadores, aunque la práctica totalidad de los clientes habituales prefieren para acomer el comedor de toda la vida. Todos los días disponen de un menú que van variando, al módico precio de 7,5€ por persona. Parece mentira que aún se pueda comer a ese precio con la carestía de la vida. En fin. Di el día 8 de enero decidimos comer a la carta: pimientos de piquillos rellenos -realmente no se sabía muy bien de qué estaban rellenos, a no ser de bechamel- y salmón guisado. En este caso el salmón estaba realmente bien, con almejas, berberechos y verduras. De postre me decanté por la tarta de dos chocolates, que estaba realmente buena. De precio no llegó a 30€ con café y bebidas -cerveza y agua-, con unos primeros en carta entre 3 y 7€ y unos segundos entre 6 y 10€. Realmente barato.
Este último martes nos decantamos por el menú. Isabel escogió la ensalada mixta -correcta- y yo por el caldo. En los segundos yo escogí la richada -carne de cerdo guisada con cebolla, pimentón y acompañada de patatas, que estaba bastante lograda, mientras que Isabel se decantó por el cordon bleu de cerdo, que estaba en su punto de cocción, y nada aceitoso. De postre fruta y/o yogur. Total por 15€. No creo que se pueda pedir más.

martes, 1 de enero de 2008

Ruta Jacobea -Santiago-


Aquí se celebran habitualmente banquetes de bodas y otras conmemoraciones, y nosotros todos los años la comida de Año Nuevo.
Sobre el restaurante no hay demasiado que comentar. Es el restaurante del hotel, con mesas puestas con gusto, en un comedor amplio y luminoso. Dispone de local para fumadores, lo que agradecemos los no fumadores ;-)
El Ruta Xacobea está a 700m del aeropuerto de Lavacolla, por la carretera antigua en dirección a Santiago. Cuenta con amplio aparcamiento, hotel y bar de entrada agradable.

Las especialidades del restaurante son el arroz con bogavante y vieiras, la merluza con grelos, y para mi gusto las ensaladas.
Nosotros nos decantamos por las croquetas -que sirven con patatas paja-, y la ensalada de frutas. La verdad es que como primer desayuno del año no está nada mal. Me gusta especialmente la ensalada de frutas, que además acompañamos con el plato de queso gallego que ponen de entrada.
De segundo Isa y yo nos fuimos al clásico del arroz con bogavante. Es diferente al que podemos encontrar en otros restaurantes de Santiago, como el Cierto Blanco o el hotel Bello, ya que este resulta más estilo paella, por no ser caldoso. Es realmente sabroso, sin excesos de pimentón o aceite como encontramos en otros arroces. El arroz en su punto, y no nos encontramos pimientos, aceitunas u otros complementos que puedan disimular sabores.
Este día mis suegros -los otros de la foto- tomaron cocochas de bacalao, que dijeron que muy ricas, y una merluza a la gallega con muy buen aspecto.
De vino escogimos un Quinta de Tarsus (16€) y sólo uno tomó postre -y no fui yo- escogiendo el sorbete de limón. Tienen un sorbete de mandarina y unas filloas que resultan interesantes.
El precio, sobre 27€ por cabeza, que se ajusta bastante bien a un restaurante interesante y de muy buen servicio.