Uno de mis favoritos en Santiago. Lo podéis encontrar en San Pedro de Mezonzo, muy cerca de la Plaza Roxa. Es un pequeño restaurante, que mantiene la estructura y decoración del bar que ocupaba ese local hace años (el Etcétera) y que no está para nada acorde con la comida. Nos sorprenderá gratamente.
Tienen una carta muy amplia, con una cocina moderna, creativa y elaborada, además de una relación calidad precio inmejorable en Santiago. Me encantan los platos que realizan con huevos: Los que ponen las gallinas, con bacalao y pisto,... la morcilla envuelta en masa brick, las ensaladas, su versión del pulpo a la gallega, y sus platos de carne. No trabajan pescados salvo el bacalao. Y lo mejor su carta de vinos. realmente impresionante. Lástima que no tengan un espacio dedicado a bodega, pero para los amantes de los vinos de autor, aquí tenemos un gran local.
Es interesante también para ir un día de semana a tomarse un vino, que acompañan con unas tostas variadas como tapa. Y la relación calidad precio de lo mejor que encontramos en Santiago.
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